FAQ

1. ¿Se puede disminuir la fertilización química usando los biofertilizantes?

Si, los fertilizantes químicos, dependiendo de la fórmula que use se pueden disminuir de un 25% hasta un 75% sin que afecte en los rendimientos.

2. ¿Qué beneficios ambientales produce la agricultura orgánica?

Sostenibilidad a largo plazo. Muchos de los cambios que se han observado en el medio ambiente son de largo plazo y lentos. La agricultura orgánica toma en cuenta los efectos a mediano y a largo plazo de las intervenciones agrícolas en el agroecosistema. Se propone producir alimentos a la vez que se establece un equilibrio ecológico para proteger la fertilidad del suelo o evitar problemas de plagas. La agricultura orgánica asume un planteamiento activo en vez de afrontar los problemas conforme se presenten.

3. ¿Cómo surgió la agricultura ecológica?

La agricultura ecológica empezó a desarrollarse en el primer cuarto del siglo XX como respuesta a la utilización masiva de fertilizantes minerales y plaguicidas sintéticos para incrementar el rendimiento agrícola. Posteriormente, en la década de los 70, se multiplicaron las iniciativas privadas para regular los productos ecológicos, y promocionar el actual reconocimiento oficial de los beneficios de la agricultura ecológica.

4. ¿Cómo se puede prescindir de plaguicidas?

La agricultura ecológica implica un enfoque distinto en la producción de alimentos. Para evitar recurrir de forma intensiva a los plaguicidas, los cultivos ecológicos cuentan con medidas diversas, como la rotación de cultivos para evitar la incidencia de enfermedades o el uso de variedades vegetales más resistentes, adaptadas al medio local y con mayor variabilidad genética, lo que permite una mejor adaptación a cambios como los climáticos. Además, la agricultura ecológica utiliza solamente productos fitosanitarios naturales.

5. ¿Por qué favorece la biodiversidad medioambiental la agricultura ecológica?

El uso de especies autóctonas en lugar de un número limitado de especies vegetales comunes en todo el mundo, como se realiza en los cultivos convencionales, permite la conservación de estas variedades locales y, en consecuencia, de la biodiversidad. Al mismo tiempo, la no utilización de insecticidas u otros productos agresivos evita la disminución de especies silvestres y auxiliares como las abejas, claves para la polinización y, por lo tanto, para la producción de alimentos.

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